Rojo y Negro
Son realmente los libros los que nos leen a nosotros. Nos preguntan, hacen que nos respondamos, nos enredan con sus tramas, nos emocionan y nos permiten salir un rato de este mundo. Curan la desesperanza, alientan las ilusiones, aceleran el pulso como lo hacen los amores inesperados y con el paso del tiempo se acaban confundiendo con nuestras propias vivencias. Un libro es un objeto sin ánima y sin sentido hasta que no encuentra a alguien que le dé sentido a esos símbolos que llamamos palabras. Una letra escrita es como un jeroglífico con mil posibilidades de sueños imposibles. También los nombres que se escriben en los libros terminan teniendo los ojos, las voces y los gestos que cada uno de nosotros ha creado a medida que avanzaba en la lectura. Una novela es una aventura en la que nos descubrimos un poco más a nosotros mismos y en la que vamos descubriendo mucho más de los otros humanos que nos rodean. Quien lee no puede repasar su vida sin los títulos que han marcado su exi...